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A los diez años la vida es un cuento previsible, los malos son feos, infelices y terminan mal; los buenos son lindos, felices y comen perdices. También es un juego donde los hijos son muñecos o peluches, una juega a la mamá, al ama de casa; Que distinto cuando vemos que la vida no se ajusta a ese juego infantil…No, la vida es otra cosa, la diferencia entre malos y buenos es más sutil que una cara bonita y un final feliz, la verdadera lucha entre el bien y el mal ocurre cada día en nuestro interior.Uno crece y el juego se vuelve más serio; ai, quien pudiera vivir cantando como un chico, ai, quien pudiera eternizar el juego, vivir por siempre en un cuento de hadas; ai, quien pudiera ser por siempre chiquitita.